Debido a este rápido crecimiento, que hace que el pelo esté en constante renovación, el cabello es muy sensible a los cambios internos o externos que afectan a nuestro cuerpo, por eso el aspecto y salud del cabello están muy influenciados por nuestra alimentación.
Algunos elementos importantes que deben ser incluidos en nuestra dieta para asegurar una buena salud capilar son:
Proteínas: esenciales para la formación de queratina -el principal componente del cabello-. Debería suponer del 10-15% de las calorías diarias. Se encuentran en la carne, pescado, huevos, yogures y productos lácteos, semillas, legumbres y frutos secos.
Grasas: algunos ácidos grasos esenciales (en concreto Omega y Omega 6) son fundamentales en la salud del cabello. Se encuentran en pescados y aceites vegetales.
Carbohidratos: deberían representar el 55-60% de las calorías diarias (sin embargo, los azúcares sencillos no deben proporcionar más del 10% de las calorías). Se debe aumentar el consumo de alimentos ricos en hidratos de carbono, fibra, vitaminas y minerales, como verduras, frutas, cereales... (dado que tomamos menos cantidad de la recomendada). Sin embargo los dulces y azúcares sencillos deben consumirse con moderación.
Agua: el cabello necesita hidratarse y el agua juega un papel fundamental. Es necesario beber mucho agua y consumir frutas y verduras.
Vitaminas: el grupo B (destacando B6), son importantes para mantener el cabello sano e hidratado. Si se cae más de lo normal puede ser debido a una carencia en alguna de estas vitaminas. Se encuentran en el hígado, sardinas, pan integral, arroz integral, nueces y judías.
Vitamina C: importante en la formación del colágeno y ayuda en la absorción del hierro. Se encuentra en cítricos (naranjas, pomelo, limón, mandarina...) fresas, frambuesas, kiwi... y en sus zumos.
Vitamina E: favorece la circulación hacia el cuero cabelludo y protege el organismo de la oxidación. Se encuentra en aceites vegetales (de girasol, soja...), avellanas, almendras, cacahuetes.
Biotina: contribuye al crecimiento del cabello y se ha comprobado que algunos cuadros seborreicos se deben a deficiencia en biotina y se corrigen suministrándola.
Ácido pantoténico: en combinación con la B6 es importante para el desarrollo y actividad del folículo piloso. El huevo es muy rico en biotina y ácido pantoténico.
Minerales – Zinc: estimula el crecimiento del cabello. Se encuentra en los mariscos, las lentejas, las carnes magras y los vegetales verdes.
Yodo: ayuda a producir hormonas tiroideas que alimentan los folículos y las glándulas sebáceas. Se encuentra en alta cantidad en los pescados.
Cromo: la caída difusa del cabello, fatiga... pueden indicar falta de cromo. La levadura de cerveza, hígado nuevo y queso son buenas fuentes de cromo.
Hierro: Puede haber déficit porque se consuma poco en la dieta, porque no se absorba bien o en mujeres con hemorragias menstruales muy abundantes. El déficit de hierro puede conducir a debilidad del cabello, alopecia y otros problemas capilares, aunque no llegue a existir anemia. Morcilla, hígado, carnes rojas, pescados... son los alimentos con mayor contenido de hierro.
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