
También es recomendable que una semana antes del inicio de la dieta beba jugo de cualquiera de las frutas señaladas, o un concentrado de todas ellas, durante la cena. Así, acondicionará al organismo para que no resienta los efectos de este régimen alimenticio.
A partir del primer día se debe tomar un litro 250 mililitros (equivalente a cinco tazas) diarios de jugo de piña, papaya y tamarindo (para éste ultimo se recomienda utilizar un extractor) repartidos en cinco tomas iguales de 250 mililitros: una en el desayuno, otra, diluida en medio litro de agua, para consumir a lo largo de la mañana, una más en la comida y de igual forma en merienda y cena.
Una vez concluida la dieta, es importante reiniciar la alimentación con productos blandos para no forzar el proceso digestivo (verduras y pollo cocidos, cantidad mínima de grasa, carne asada, etcétera). Es igualmente relevante mantener el consumo de los mismos jugos, por un mes, ya que sólo así el organismo recuperará su funcionamiento normal.
Finalmente, para mantener óptimos resultados durante más tiempo debe olvidarse por completo de dulces y harinas refinadas (pan dulce, pastas), así como alcohol y carnes con grasa excesiva, limitar los derivados lácteos (exceptuando queso panela y yogurt) y hacer ejercicio físico. Algo más, es conveniente repetir la dieta tres meses después de haberla concluido, siguiendo nuevamente cada una de las indicaciones
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