miércoles, 1 de septiembre de 2010

Las prácticas deportivas requieren mayor precaución

En el fútbol, ski, rugby... los meniscos y ligamentos soportan una mayor presión y el riesgo de sufrir una lesión aumenta, por lo que siempre conviene adoptar una serie de precauciones: practicar regularmente ejercicios que fortalezcan la musculatura de los muslos (especialmente el cuádriceps), realizar un buen calentamiento, aprender la técnica concreta de cada deporte (no vaya a lo loco), realizar unos ejercicios de relajamiento tras finalizar la sesión y, en casos de mayor riesgo, utilizar rodilleras, que siempre fijan y estabilizan más la rodilla.
Otra medida preventiva, especialmente cuando la práctica elegida es de riesgo, sería someterse a un reconocimiento médico específico para comprobar el alineamiento de las extremidades inferiores y, en especial, de las rodillas, ya que cualquier desviación -algo bastante frecuente-, agrava el riesgo de lesiones o de que, simplemente, después de la práctica deportiva, aparezcan dolores, molestias e hinchazones que, incluso, dificultan caminar.
Además, una alineación deficiente de unas rodillas sometidas a fuertes presiones y tensiones puede originar microlesiones en los cartílagos articulares y en el hueso, hasta el punto de degenerar, con el paso de los años, en una artrosis de la articulación.

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